ESTRENO y LOS OTROS

Pasamos la prueba, al menos la primera prueba, los miedos se fueron diluyendo, las dudas fueron menos al comprobar la tranquilidad del disfrute de los otros. Tuvimos un primer encuentro con esas miradas a las que les tememos, a las que amamos u odiamos de acuerdo a la ocasión. Porque somos así, nos gustan los elogios y nos incomodan las críticas. Pero siempre tendremos de unos y de otras, el arte se debe enfrentar permantems ante la subjetividad de la mirada y eso es lo que hace vivo a la creación. Una obra de teatro, una película o un libro que no vayan al encuentro sin red de LA MIRADA DE LOS OTROS, pierde su sentido. He vivido muchas veces ese encuentro y de distintas maneras y si bien a veces creo que los nervios o que la ansiedad ya no se van a apoderar de mi, me doy cuenta -siempre- que cada vez que sucede es diferente, así sea en una sala para 1000 personas, frente a la pantalla de un tv al que no sé si alguien sintoniza o en ese ámbito tan cálido como la sala del CET (Centro de Estudios Teatrales) en donde la obra se presenta casi de manera personalizada a cada uno de los cincuenta espectadores que allí están. Y lo maravilloso es sentir esa respuesta inmendiata que impacta sobre los actores en escena, esa risa que no esperaba pero que deseaba, ese silencio que obliga a todos a -casi- dejar de respirar y esa definitiva comunión y agradecimiento mutuo entre LOS OTROS y NOSOTROS.
Sentí que ALGO SOBRE EL AMOR podía dialogar con la gente, sentí que estábamos tan cerca de la gente que estaba allí como la misma distancia física que separaba a ese público de los actores.
Un estado que podríamos denominar de felicidad nos invadió a todos.