Una obra de teatro que escribí hace poco y que es una de las ganadoras del Concurso de Coproducciones que organiza la Municiapalidad de Rosario.
¿Por qué te volcaste a escribir y querer dirigir teatro?
En realidad es algo que vengo pensando hace muchos años, pero no me decidía a hacerlo, pero fue gracias a los actores que están en la obra que me senté a escribir y a pensar en el montaje de esta obra.
¿Ellos te lo propusieron?
Creo que me provocaron, en el mejor sentido del término y agarré viaje. Con estos actores hemos coincidido en varios proyectos en
el último año y la propuesta de hacer teatro juntos surgió por el hecho de animarnos a indagar juntos en otro lenguaje pero con la idea de sumar las experiencias de cada uno.
¿Te creés capacitado para hacer teatro?
De alguna manera también he hecho algo de teatro en mis películas, si bien son lenguajes diferentes creo que tienen muchos puntos en común. A mi particularmente me interesa el trabajo con los actores, le dedico en cada película mucho tiempo a preparar los personajes y a los ensayos. Mi trabajo de preparación para una película lo veo muy similar a la preparación de una obra con los actores. Obviamente que después hay muchos otros elementos vinculados a la puesta en escena que son diferentes al universo audiovisual, pero me siento seguro para dar los primeros pasos. En realidad ya tuve una experiencia anterior dirigiendo teatro con la adaptación de mi película El Asadito. Fue en el año 2002 y la estrenamos en el teatro La Comedia de Rosario y en el Complejo La Plaza de Buenos Aires.
¿Pensás que alguien te puede ver como un tipo que se mete en algo que no conoce o que no le corresponde?
No creo que en ninguna expresión artística existan los cotos cerrados a donde solo se puede acceder con pergaminos, medallas o antecedentes. Me meto en el teatro pero con mucho respeto para con aquellos que lo vienen haciendo desde hace años. Me siento un principiante que tiene mucho por aprender todavía, pero esa sensación de comenzar de cero es algo que no sentía desde hacía mucho tiempo, a mi esto me da mucha energía y ansiedad por indagar en este nuevo mundo. Por otra parte pensá que la materia prima con la que trabajo en el cine y ahora en el teatro es la misma: actores dispuestos sobre un escenario e iluminados por luces artificiales (la luz natural en una sala se complica) que desarrollan lo que alguien escribió sobre un papel.
El cine -que hago- y el teatro -que intento hacer- están bastante cerca.
¿Esta es la primera obra original que escribís?
Si es mi primera obra original para teatro.
¿Cuáles son las diferencias entre escribir para cine o televisión y hacerlo para teatro?
Lo fundamental es el tratamiento del tiempo y el espacio. Y el espacio para mi es lo que marca una diferencia mayor, ya que la cuestión temporal se puede manejar a través de convenciones de puesta en escena. que hasta pueden ser semejantes a los recursos cinematográficos. Pensé la obra en un solo espacio representado por la casa de dos de los personajes y a partir de allí escribí cada una de las situaciones con mucho diálogo y algunos monólogos, en este sentido es bastante similar a la estructura de algunas de mis películas: Uno o dos espacios y actores que hablan todo el tiempo.
¿Podés contar de que se trata Algo sobre el amor?
Es una reunión de dos parejas, una conformada por Mauro y Cecilia y la otra por Julia y Sofía. Sucede durante una noche y básicamente es un encuentro que va desnudando desde pequeñas historias personales hasta develar un secreto oculto que puede esconder un crimen.
Una vez escribiste que te sentías un director chejoviano o que tus personajes tenían algo de los personajes de Chejov ¿Algo sobre el amor va por ese camino?
El punto de partida para escribir fueron relatos y obras de Chejov, cuentos de Raymond Carver y algo de Joyce pero el final quizás sea más una historia hard boiled. Me gustan las situaciones cotidianas que esconden cosas que no se ven, pero en Algo sobre el amor al principio el planteo está dentro de lo que podríamos llamar una situación a lo "Carver" pero luego pasamos a una serie de situacions mucho más explícitas en donde lo que está en juego es un conflicto que tiene un condimento de tinte policial duro.
¿Podemos pensar en una futura versión cinematográfica de Algo sobre el amor?
Seguramente, pero primero nos tenemos que cansar de hacer funciones.
¿Pensás seguir escribiendo o dirigiendo teatro?
Por supuesto, ahora que empecé quiero seguir, para mi es como un reposo entre las películas, el teatro me permite pensar las ficciones desde un lugar más relajado, más tranquilo sin la presión que significa hacer una película. El teatro es un poco más democrático que el cine, se reparten más equitativamente las responsabilidades, yo llego hasta un punto en donde ya no puedo avanzar porque tienen que ser los actores los que sigan. Y lo más interesante es que siempre hay posibilidad de volver y modificar, mejorar y hasta empeorar, el teatro te permite la revancha inmediata y eso es muy estimulante.
¿Tenés una opinión sobre el teatro que se hace hoy en Argentina o en la ciudad de Rosario?
En los últimos años he visto mucho teatro, pero fundamentalmente en Rosario. Esta ciudad tiene un teatro muy vivo, hay mucha producción y gente talentosa. Creo que todavía falta llegar a un público que no se anima demasiado a las propuestas locales y con esto no hablo de un teatro masivo ni popular -que también sería bueno producir- sino generar un diálogo mayor con sectores que estoy seguro se podrían acercar. Pero esto es algo que también pasa con el cine independiente que cada vez tiene menos posibilidades de estreno por la poca cantidad de espectadores que concurren a las salas. Hoy contamos con actores y directores que ya ven en la actuación y el teatro una profesión y una forma de vida y eso genera naturalmente la aparición de propuestas muchos más diversas y con ambiciones diferentes.
¿El estreno de Algo sobre el amor?
Será el 3 de junio
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